martes, 9 de octubre de 2012

TAL VEZ LA TARDE...

Despierta, corazón.
Buenos los días que palpitan en ti.
Abro mis ojos,
rendidos a la luz y a la costumbre.
Despierta a la aventura de una mañana nueva.
¿Qué misterios traerá?
¿Se cumplirá el milagro?
Hay indicios de vida en el aire primero,
el ángel perezoso dormita a nuestro lado
y olvida su quehacer,
como ayer,
como siempre.
Nada ha cambiado.
No mudes tu latido,
nada ha cambiado.
Es preciso esperar.
Tal vez la tarde...

2 comentarios:

faustino lobato dijo...

En este recorrido que el poeta hace del amanecer hasta la tarde, siempre en la vigilia amorosa de un eterno despertar y de una infinita espera, el sentimiento se aquieta en la inmvolidad del ser que, imperativamente, no muda su latido.
Me gusta estos versos esenciales, esta metafísica amatoria.
Felicidades Trini. Siempre ahí.
Un abrazote

Trinidad Ródenas Alcón dijo...

¿Qué tendrán tus comentarios, que suenan a pura poesía?Son poesía. Un abrazo. Gracias.