viernes, 6 de junio de 2014

"En ese tiempo sin tiempo.."

Ernesto, Moriarty, un tertuliano de Página 72 escribió esto para el resto de tertulianos. No hace falta comentar nada porque es sumamente elocuente. Solo quiero agradecer sus palabras en nombre de todos los integrantes de la tertulia y en el mío propio.





En Zafra, a 03-05-14



          Mis queridos tertulianos y tertulianas:

          Supongo que a estas alturas estaré a unos 3000 kilómetros de distancia, luego hará más fácil expresarme. Esto significa que, lamentablemente, no estaré con vosotros en esta nueva cita literaria.

           Por eso aprovecharé estos momentos para agradeceros personalmente, a todos y a cada uno/una de vosotros/as, la acogida que he recibido. Habéis conseguido que me sintiera cómodo desde el principio.

          Para mí ha sido un verdadero lujo, placer, (...) un verdadero regalo cada uno de los minutos, de cada viernes, de cada principio de mes pues, en ese tiempo sin tiempo, he podido disfrutar plenamente de vuestro conocimiento y de todos esos matices tan personales que os hacen únicos. Así pues, eternamente gracias.

          Y como se que algunos de vosotros lo esperaba con ganas, os dejo a modo de regalo, una pequeña selección de poemas para que los gocéis como he hecho yo al escribirlo...., mamá, tranquila, lo estás haciendo muy bien.

          Bueno, poco más que deciros, excepto que, como dijo el poeta Calamaro (Andrés): “Nos volveremos a ver”.

Gracias a todo y todas, de corazón.



Ernesto                                           
                                    




Veo la vida pasar  sentado al costado
del tronco de un árbol
donde un corazón, con ojos marrones,
me mira, me desnuda, me atraviesa
y acoge los extremos variables de mi conducta.

Observo a los gurús o magos de antaño,
hoy
en pantalón corto,
descamisados
desorientados
hablando solos
y señalando al bosque
para, en cierto modo,
reconocerse como iguales.

En esta vereda,
al otro lado de la métrica humana
que deambula
como un fotograma de vidas transitadas,

veo la vida pasar y me educo
activamente
para seguir siendo”





II


A veces dialogamos
hasta rebanarnos los sesos
con incoherencias sutiles
que condicionan nuestros actos.

Montamos pensamientos,
los domamos
y les ponemos arneses
para sacarlos de paseo.

A veces hablamos y hablamos
sin mover los labios,
sellamos las palabras
con hilos de distancia,
nos creemos intocables
hasta volvernos sordos,
y entonces comprendemos
que somos presos del Silencio.

A fin de cuentas,
a veces,
es mejor no ser escuchado."




Hayes I


Hay gente llena de complejos,
de parálisis y limbos sin voz.

Hay quien juzga y sopesa
con la memoria deformada
y se puede sentir su mirada
cosiendo trajes de sastre a medida.

Hay quien se hunde hasta la médula,
enferma de apariencia,
y se carga con piedras demasiado pesadas:

de Rencor,  de Olvido,  de Tristeza,
o de una Soledad repleta de dudas
en una vida desalmada.

Hay gente
con cuentas de integridad pendientes
que le debe respeto a su Verdad
y aun no lo sabe.”








Hayes II


Hay amores que tienen formas extrañas
de establecer equilibrios soportables:
a base de atines, desalientos o tensando
la cuerda del aguante hasta casi romperse.

Quizás una  pastilla de Nostalgia
pueda adormecer las diferencias
y reducir la somnolencia
a un tenue atisbo de esperanza.

Quizás en la balanza se añadan
los recuerdos sangrantes con su memoria ingrata,
los recuerdos soldados con la memoria estéril,
algunos recuerdos sin memoria,
y la báscula ceda por la inercia de la costumbre.

Hay amores extraños tatuados a fuego,
herrados
con errores insalvables,
pidiendo auxilio entre sus espasmos “



III


Cuántos micro-mundos se pierden
buscando en el suelo
por qué-es, para qué-es y qué se yo-es.

Cuántas micro-verdades pasan
Inadvertidas o translúcidas,
y cuántas, se vuelven opacas,

como una forma empaquetada
de conceptos, hologramas o intenciones.




IV


Yo suelo mirar cuando hay puertas abiertas,
no vaya a ser que descubra
mundos de magia con olor a incienso
o duendes jugando con unicornios de seda.

Es raro y sin embargo
sigo anclado ante sus marcos
como esperando
a que las hadas vengan
y puedan convertirme
en un sueño compartido. “





Moriarty





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