martes, 27 de enero de 2015

Intimismo y trascendetalismo en la poética de Tino


                 El sábado diez de enero tuvo lugar nuestra primera tertulia de este recién estrenado 2015. Echamos de menos a algunos compañeros y compañeras que por motivos, todos ellos justificados, no pudieron asistir a la tertulia. Evocando a las fiestas navideñas que acababan de finalizar decoramos la mesa con un bonito mantel sobre el que pusimos variadas golosinas que dieron un toque de dulzura, a la frescura y hermosura de los poemas que nuestro querido compañero Faustino Lobato nos presentó.


                                               
               Tino nos justificó su obra “El adjetivo secreto del agua”, que surgió de la recopilación de los poemas que anteriormente había publicado en su blog haciendo comentarios a fotos publicadas en el blog de Carlos Rivero (fotógrafo pacense) sobre el Guadiana. Según nuestro compañero sus poemas son “flases” de reflexión que surgen ante algunas fotografías de Carlos. E n este momento, el poemario es un ensayo enigmático que busca el equilibrio y en el que podemos encontrar algunos elementos del exterior. El poeta enmarca la inspiración y el sentido a sus poemas en la frase de Heráclito, constituyendo el mismo un elogio a dicho filósofo griego: “Todo fluye, todo cambia, nada permanece”. Tino divide dicha frase y crea cada una de las tres partes en las que coloca sus poemas. Las páginas que están en letra cursiva, así como la repetición de algunas palabras como fluir, están hechas a propósito. Estas vienen a ser como puntos de reflexión desde los propios versos.
                  Tino nos propuso la lectura colectiva de su obra y al término de la misma tuvo lugar el debate en torno a los siguientes temas: Intimismo y trascendentalismo en la poesía de nuestro tertuliano.
           La poesía de Tino es muy intimista, reflexiva y trascendental. Se le valora su capacidad para sacar partido a su introspección. Todos coincidimos en que es un poemario muy completo y conseguido con hondura y profundidad. Se le sugiere que vuelva a enviarnos el poemario con las fotos que, en un principio, ilustraron y sirvieron de inspiración a sus  poemas.  Tino se compromete a ello.
            El título cumple el objetivo de fluir, aunque según algunos tertulianos Tino debería trabajar más sobre este aspecto. Algunos tertulianos aprecian en el título el elemento amatorio: El río se enamora de todo lo que se encuentra a su paso, y al igual que las personas no somos capaces de poner nombre a todo lo que amamos, el río tampoco encuentra cómo describir todas las sensaciones que provocan su viaje interior.
             Aunque este es un poemario con una temática, aparentemente específica, como es la del agua, este va más allá. El agua, dijo el autor, es sinónimo de fragilidad, pero al mismo tiempo de fuerza y vida. El autor utiliza la paradoja con mucho estilo con el objetivo de provocar al lector. Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en el poema de “Santorini”, con el verso de “un templo de amor sin ritos”. La inspiración en Santorini, le viene de un documental que Tino ha visto sobre el erotismo espiritual versus erotismo carnal. Él busca provocar en sus versos el erotismo en el sentido platónico de la palabra.
Su división en tres partes es un aspecto que gusta a todos y todas. La última parte desvela el intimismo. Se resalta su ritmo interior, la cadencia, la simbología lírica, lo cuidadas de sus palabras y metáforas y la fuerza que las preguntas otorgan a algunos de sus versos. Utiliza un lenguaje poético y tremendamente sensible.
En estos versos el yo lírico se convierte en el propio río:



Cada día estreno luz en el borde
de las márgenes; sigo por la delgada línea
del pulso; sueño con la fuerza que desvela
el calor del Paraíso.
             Se debate en la tertulia sobre lo apropiado de algunos términos como el de “tocón” o “Santorini”. Tino nos explica que este último significa explosión volcánica. Es un lugar al que uno siempre recurre y él lo interpreta como el que bloquea un río.



Arde Santorini en el puerto de tus labios.
Vibra la isla entre tus muslos. Sin secretos,
el aceite se derrama, como luz,
sobre el ecuador  de la carne.

Isla de sábanas y almohadones, olor
a siesta en el límite azul del sexo.
Vértigo de la sangre en la playa fálica
del sueño. Fluir de la pasión.

Santorini, memoria del tiempo detenido
en el roce de las manos por la cordillera
de tu espalda. Santorini. Se respira
el ácido temblor  de un rap callejero.

Isla de fuego, firme en la retina de tus ojos,
y en el centro del espejo, donde te alimento.
Tarde de julio, acuarela de palabras,
susurros a la sombra del agua.

Santorini, caligrama del deseo,
raíz de una utopía, palabra mágica.
Un espacio amante donde los sueños
se pronuncian  sin palabras. Santorini

un templo de amor sin ritos.
     Se resaltan imágenes por su gran belleza, como los versos que se exponen a continuación:
Paralelas, puntos a la misma distancia
que no se encuentran nunca aunque
se prolonguen hasta el infinito.
      Para finalizar, se exponen algunos versos que gustaron mucho a todos y todas:



Quién podrá detener esta corriente que arrastra la luz
hacia aquel horizonte de aguas verticales.

Qué fuerza será capaz de frenar el misterio
de este paisaje ante el reflejo del viento.

Cómo descubrir el lenguaje de las hojas
que pasan recados al sol ante el temblor del alma.



El paisaje discurre con la levedad de un murmullo.
Y se hace canción bajo la carne del agua.

Cierro los ojos.

           Desde estas líneas agradecemos a Tino el que nos haya presentado esta magnífica obra. 
                                         
   

           Una vez finalizado el debate despedimos la tertulia con el tradicional champán de nuestra querida compañera Trinidad Ródenas y de otros liquidos generosos y exquisiteces que los otros tertulianos trajeron y que agradaron a nuestros paladares. Fue una mañana muy agradable caracterizada por el encanto, simpatía y armonía que caracterizan a nuestros encuentros mensuales.
Texto de Juan Antonio Rincón.
Fotos de paisajes: Carlos Rivero

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